lunes, noviembre 13, 2006
Aeropuerto Internacional de Huanchaco
Luces de balizaje y un sofisticado sistema de radioayuda para navegación y aterrizaje para vuelos nocturnos, tiene el aeropuerto internacional ¨Carlos Martinez de Pinillos¨ de Huanchaco. Asi mismo dispone de un almacén de frío para atender los requerimiento de los exportadores de productos agrícolas y ganaderos.
domingo, noviembre 12, 2006
Acuarela ganadora Concurso Michell
El Barrio de Belén en el puerto fluvial de Iquitos es una muestra de las lamentables condiciones de vida del poblador de la region de la selva peruana. Carecen de todos los servicios básicos y aún viviendo a pocos minutos de la capital del departamento más grande del Perú no tienen electricidad, agua potable, ni desague. Concurso Michell
viernes, abril 21, 2006
La Morsa y el Carpintero
La morsa y el carpintero
The Walrus and The Carpenter (Lewis Carroll)
I´m the walrus (John Lennon)
¡Brillaba el sol sobre la mar!
Con el fulgor implacable de sus rayos
se esforzaba, denodado, por aplanar
y alisar las henchidas ondas;
y sin embargo, aquello era muy extraño
siendo ya más de media noche.
La luna rielaba con desgano
pues pensaba que el sol
no tenía por qué estar ahí
después de acabar el día...
¡Qué grosero! –decía con un mohín,
--¡venir ahora a fastidiarlo todo!
La mar no podía estar más mojada
ni más secas las arenas de la playa;
no se veía ni una nube en el firmamento
porque, de hecho, no había ninguna;
tampoco surcaba el cielo un solo pájaro
pues, en efecto, no quedaba ninguno.
La morsa y el carpintero
se paseaban cogidos de la mano:
lloraban, inconsolables, de la pena
de ver tanta y tanta arena.
¡Si sólo la limpiaran un poco,
qué maravillosa sería la playa!
--Si siete fregonas con siete escobas
la barrieran durante medio año,
¿te parece --indagó la morsa atenta--
que lo dejarían todo reluciente?
--Lo dudo-- confesó el carpintero
y lloró una amarga lágrima.
¡Ah ostras! ¡Venid a pasear con nosotros!
requirió tan amable, la morsa.
--Un agradable paseo, una pausada charla
por esta playa salitrosa:
mas no vengáis más de cuatro
que más de la mano no podríamos.
Una venerable ostra le echó una mirada
pero no dijo ni una palabra.
Aquella ostra notable le guiñó un ojo
y sacudió su pesada cabeza...
Es que intentaba decir que prefería
no dejar tan pronto su ostracismo.
(cap42.gif – se van llorando)
Pero otras cuatro ostrillas infantes
se adelantaron ansiosas de regalarse:
limpios los jubones y las caras bien lavadas
los zapatos pulidos y brillantes;
y esto era bien extraño
pues ya sabéis que no tenían pies.
Cuatro ostras más las siguieron
y aún otras cuatro más;
por fin vinieron todas a una
más y más y más... brincando
por entre la espuma de la rompiente
se apresuraban a ganar la playa.
La morsa y el carpintero
caminaron una milla, más o menos,
y luego reposaron sobre una roca
de conveniente altura;
mientras, las otras las aguardaban
formando, expectantes, en fila.
(cap43.gif – quedan sentados)
--Ha llegado la hora --dijo la morsa--
de que hablemos de muchas cosas:
de barcos... lacres... y zapatos;
de reyes... y repollos...
y de por qué hierve el mar tan caliente
y de si vuelan procaces los cerdos.
--Pero ¡esperad un poco!-- gritaron las ostras
y antes de charla tan sabrosa
dejadnos recobrar un poco el aliento
¡que estamos todas muy gorditas!
--¡No hay prisa!-- concedió el carpintero
y mucho le agradecieron el respiro.
--Una hogaza de pan --dijo la morsa--,
es lo que principalmente necesitamos:
pimienta y vinagre, además,
tampoco nos vendrán del todo mal...
y ahora, ¡preparaos, ostras queridas!,
que vamos ya a alimentarnos.
--Pero, ¡no con nosotras!-- gritaron las ostras
poniéndose un poco moradas;
--¡que después de tanta amabilidad
eso sería cosa bien ruin!
--La noche es bella --admiró la morsa--
¿no te impresiona el paisaje?
--¡Qué amables habéis sido en venir!
¡Y qué ricas que sois todas!
Poco decía el carpintero, salvo
--¡Córtame otra rebanada de pan!,
Y ojalá no estuvieses tan sordo
que, ¡ya lo he tenido que decir dos veces!
--¡Qué pena me da --exclamó la morsa--
haberles jugado esta faena!
¡Las hemos traído tan lejos
y trotaron tanto las pobres!
Mas el carpintero no decía nada, salvo
--¡Demasiada manteca has untado!
(cap44.gif vienen caminando)
--¡Lloro por vosotras!- gemía la morsa.
--¡Cuánta pena me dais!-- seguía lamentando
y entre lágrimas y sollozos escogía
las de tamaño más apetecible;
restañaba con generoso pañuelo
esa riada de sentidos lagrimones.
--¡Ah, ostras!-- dijo al fin el carpintero.
--¡Qué buen paseo os hemos dado!,
¿os parece ahora que volvamos a casita?--
Pero nadie le respondía...
y esto sí que no tenía nada de extraño,
pues se las habían zampado todas.
Tomado de:
http://miguinas.blogspot.com/2006/03/la-morsa-y-el-carpintero.html
Letras de Canciones
The Walrus and The Carpenter (Lewis Carroll)
I´m the walrus (John Lennon)
¡Brillaba el sol sobre la mar!
Con el fulgor implacable de sus rayos
se esforzaba, denodado, por aplanar
y alisar las henchidas ondas;
y sin embargo, aquello era muy extraño
siendo ya más de media noche.
La luna rielaba con desgano
pues pensaba que el sol
no tenía por qué estar ahí
después de acabar el día...
¡Qué grosero! –decía con un mohín,
--¡venir ahora a fastidiarlo todo!
La mar no podía estar más mojada
ni más secas las arenas de la playa;
no se veía ni una nube en el firmamento
porque, de hecho, no había ninguna;
tampoco surcaba el cielo un solo pájaro
pues, en efecto, no quedaba ninguno.
La morsa y el carpintero
se paseaban cogidos de la mano:
lloraban, inconsolables, de la pena
de ver tanta y tanta arena.
¡Si sólo la limpiaran un poco,
qué maravillosa sería la playa!
--Si siete fregonas con siete escobas
la barrieran durante medio año,
¿te parece --indagó la morsa atenta--
que lo dejarían todo reluciente?
--Lo dudo-- confesó el carpintero
y lloró una amarga lágrima.
¡Ah ostras! ¡Venid a pasear con nosotros!
requirió tan amable, la morsa.
--Un agradable paseo, una pausada charla
por esta playa salitrosa:
mas no vengáis más de cuatro
que más de la mano no podríamos.
Una venerable ostra le echó una mirada
pero no dijo ni una palabra.
Aquella ostra notable le guiñó un ojo
y sacudió su pesada cabeza...
Es que intentaba decir que prefería
no dejar tan pronto su ostracismo.
(cap42.gif – se van llorando)
Pero otras cuatro ostrillas infantes
se adelantaron ansiosas de regalarse:
limpios los jubones y las caras bien lavadas
los zapatos pulidos y brillantes;
y esto era bien extraño
pues ya sabéis que no tenían pies.
Cuatro ostras más las siguieron
y aún otras cuatro más;
por fin vinieron todas a una
más y más y más... brincando
por entre la espuma de la rompiente
se apresuraban a ganar la playa.
La morsa y el carpintero
caminaron una milla, más o menos,
y luego reposaron sobre una roca
de conveniente altura;
mientras, las otras las aguardaban
formando, expectantes, en fila.
(cap43.gif – quedan sentados)
--Ha llegado la hora --dijo la morsa--
de que hablemos de muchas cosas:
de barcos... lacres... y zapatos;
de reyes... y repollos...
y de por qué hierve el mar tan caliente
y de si vuelan procaces los cerdos.
--Pero ¡esperad un poco!-- gritaron las ostras
y antes de charla tan sabrosa
dejadnos recobrar un poco el aliento
¡que estamos todas muy gorditas!
--¡No hay prisa!-- concedió el carpintero
y mucho le agradecieron el respiro.
--Una hogaza de pan --dijo la morsa--,
es lo que principalmente necesitamos:
pimienta y vinagre, además,
tampoco nos vendrán del todo mal...
y ahora, ¡preparaos, ostras queridas!,
que vamos ya a alimentarnos.
--Pero, ¡no con nosotras!-- gritaron las ostras
poniéndose un poco moradas;
--¡que después de tanta amabilidad
eso sería cosa bien ruin!
--La noche es bella --admiró la morsa--
¿no te impresiona el paisaje?
--¡Qué amables habéis sido en venir!
¡Y qué ricas que sois todas!
Poco decía el carpintero, salvo
--¡Córtame otra rebanada de pan!,
Y ojalá no estuvieses tan sordo
que, ¡ya lo he tenido que decir dos veces!
--¡Qué pena me da --exclamó la morsa--
haberles jugado esta faena!
¡Las hemos traído tan lejos
y trotaron tanto las pobres!
Mas el carpintero no decía nada, salvo
--¡Demasiada manteca has untado!
(cap44.gif vienen caminando)
--¡Lloro por vosotras!- gemía la morsa.
--¡Cuánta pena me dais!-- seguía lamentando
y entre lágrimas y sollozos escogía
las de tamaño más apetecible;
restañaba con generoso pañuelo
esa riada de sentidos lagrimones.
--¡Ah, ostras!-- dijo al fin el carpintero.
--¡Qué buen paseo os hemos dado!,
¿os parece ahora que volvamos a casita?--
Pero nadie le respondía...
y esto sí que no tenía nada de extraño,
pues se las habían zampado todas.
Tomado de:
http://miguinas.blogspot.com/2006/03/la-morsa-y-el-carpintero.html
Letras de Canciones
viernes, marzo 17, 2006
Los Caballos Danzantes
Chalán y Danzarina.-
La destreza de los chalanes y el original paso de los caballos peruanos permiten este maravilloso espectáculo que adorna las celebraciones populares.
Sea en espacios rurales o en las calles de una ciudad, esta original combinación permite a los espectadores disfrutar de una sincronizada coreografía, generalmente al son de una norteña marinera interpretada por la Banda de Músicos de la Policía Nacional del Perú.
Sea en espacios rurales o en las calles de una ciudad, esta original combinación permite a los espectadores disfrutar de una sincronizada coreografía, generalmente al son de una norteña marinera interpretada por la Banda de Músicos de la Policía Nacional del Perú.
viernes, marzo 03, 2006
El caballo de paso y el Chalán
El Caballo de Paso.-
Este noble equino forma parte del paisaje rural de la costa norteña de Perú. Su característico paso suave permite que el jinete cumpla largas jornadas trasladándose a los diferentes extremos de su responsabilidad como caporal, vigilante o simplemente paseante. La bondad de su trote es producto del particular modo de sincronizar su desplazamiento, levantando simultáneamente las extremidades delantera y posterior del mismo lado, trayendo como consecuencia que el jinete permanece en una misma altura relativa donde queda anulado el salto o golpe en cada paso que dan las cabalgaduras de otras razas.
La parafernalia de vestidura a este noble animal incluye accesorios de hechura manual y que da ocupación a diferentes especialidades de artesanía. Las riendas hechas de cuero y adornos de plata son producto de los artesanos talabarteros, al igual que los demás arreos como son la montura, estribos, frenos, alforjas, etc.
Un elemento característico de la tradición norteña es el uso del ¨pellón¨ sampedrano. Este accesorio consiste en una especie de alfombra de pelo muy largo que se fabrica justamente en la localidad de San Pedro de Lloc, cerca al puerto de Pacasmayo. Cada pelo de esta alfombra se forma trenzando muchas hebras de lana de carnero logrando un grosor de 3 a 4 mm de grosor y 15 a 20 cm de largo, que quedan libres en la alfombra formando una especie de cabellera que brinda una sensación de suavidad y frescura tanto para la bestia como para el jinete.
EL Chalán.-
Lo más notable de su indumentaria es el poncho, que es de un tejido muy fino y delgado, para asegurar la frescura bajo el inclemente sol del campo y acompañado de un gran sombrero de paja fina conocidos como ¨jipijapa¨. Esto se complementa camisa y pantalón blanco y botas de cuero, color natural.
Recorrer los inmensos arenales de nuestra costa, cabalgando un caballo de paso peruano es una experiencia inolvidable y cómoda tal como desplazarse en una alfombra mágica.
jueves, marzo 02, 2006
El Caballo Peruano de Paso
El Caballo Peruano de Paso, Raza Caballar propia del Perú, inició su desarrollo desde el momento en que llegaron al Perú los españoles y sus caballos.
Sus ancestros raciales combinados con la geografía, el medio ambiente, la función y la selección libre de cruces con razas ajenas, adecuaron los aires o pasos* derivados de la ambladura a sus características viajeras.
Esta raza es única por la comodidad que su andar otorga al jinete. El brío, la nobleza y la arrogancia, unidas a la buena disposición, son características propias de la raza.
El Caballo Nacional es un equino de silla de tipo mediolíneo y armónico en sus formas, con buena correlación entre sus partes teniendo una alzada promedio de 1.48 m. para machos y 1.47 m. para hembras.
Las proporciones en sus formas, sumadas a las angulaciones características de la raza, permiten al Caballo Peruano de Paso desplazarse en sus aires característicos o pisos*, los cuales se realizan con predominancia de sus bípedos laterales y con los adornos de agudez (elevación), término y extensión
en los miembros anteriores y movimiento rasante en los posteriores. El Paso Peruano (Piso) es heredable y ha sido fijado por selección como característica propia de la raza, por lo tanto sus crías heredan esta mecánica de movimiento.
jueves, febrero 23, 2006
exportaciones
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